Mi historia viene de largo cuando con 14 años me compre mi primera moto: una Lambretta Cerveta. Modelo que no habia visto nunca antes y que tampoco he vuelto a ver en toda mi vida. Cuando la compre no funcionaba, mi presupuesto no daba para motos en funcionamiento. Con un libro de mecanica de motocicletas (creo que lo tengo todavia por ahi) que me compre en Librería Beta la reparé y la tuneé lo mejor que pude para cross. Luego vino la minicros, rectificada, suplementada y, todo sea dicho, con un look un poco macarra. Mas tarde una Sanglas-Yamaha 400 con la que recorrí media Europa y después una Yamaha FZ750 que era un autentico pepino.
Pero me llego la hora de la "novia formal" y creo que no se sorprenderá nadie de lo habitual que es la incompatibilidad de este concepto con el mundillo motoril, con honrosas excepciones por supuesto. Después de un día de playa que fuimos los dos en la FZ, cuando terminamos el viaje de vuelta se bajo de la moto, se quito el casco, me miro a los ojos y me dijo: " no vuelvo a montarme contigo en una moto nunca mas". Reconozco que a la FZ le apretaba la oreja en exceso pero el castigo fue duro, la tuve que cambiar por un coche (la moto obviamente no a la novia)
Ya casado y con un par de críos pequeños me compre una Kawasaky KX500 aprovechando un momento de buena situación económica y que mi mujer, con tanto jaleo de bebes, no tenía muchas ganas de pelearse conmigo. Pero me la robaron al cabo de unos meses y ahí quedo mi segunda época motera.
Después de 20 años de esa segunda época motera y a punto de entrar en la cincuentena me ha vuelto la fiebre de las dos ruedas. No ha sido fácil convencer a la sargento, he tenido que apelar a mi entrada en la fase "pitopausica" argumentando que entre comprarme un deportivo, buscarme una querida jovencita o agenciarme una moto clásica que andan poco y se estropean mucho, he podido convencerla que esta ultima opción era la menos mala
Mi primer impulso fue Montesa pero curioseando por internet se me cruzo esta alpina y mi memoria trajo a mi mente una igual que tenia un vecino y que, siendo yo preadolescente, miraba con deseo y pasión jurándome que algún día yo tendría una como esa. Así que con la excusa de cumplir mi juramento no me pude resistir y la he comprado.
La moto esta mejor de lo que esperaba, estéticamente necesita un arreglo pero de mecánica esta perfecta: ningún ruido raro, arranca a la primera, suena como solo las bultaco saben hacerlo y con documentación al día para pasearme por donde me de la gana.
Un saludo a todos