Compré mi Enduro 250 primera serie el año 78 de tercera mano. Mi primera moto grande. Disfruté con ella como un enano hasta que un coche decidió enviarme cinco meses al hospital. Como las secuelas del accidente me iban a impedir ir en moto por una buena temporada, la vendí a un amigo que la reparó y dejó impecable. Recuerdo que la volví a coger cuando aún necesitaba muletas para caminar. Tras tenerla un tiempo, mi amigo la cambió por una grande de carretera y perdí la pista de la moto.
Unos 20 o 25 años más tarde andaba yo buscando una Bultaco Alpina para hacer excursiones a duo por el monte, cuando encuentro en un almacén de motos para desguazar MI ENDURO. No una igual, no. La mía! Hecha unos zorros, pero la misma moto.

Hablo con el responsable del almacén quien me dice que ningún problema, que si quiero la ponen a punto y me la venden. Localizo rápidamente todo lo que le habían ido cambiando: Manillar, depósito, ambos guardabarros, amortiguadores posteriores, asiento y piloto posterior. Hay de todo. Bien!
Les digo a los de la tienda que adelante, que ya pueden ir haciendo la puesta a punto, que me la quedo por lo acordado. Me responden que sí, pero que el precio ha subido...
Casi dos años de estira y afloja. Al final el capricho me sale por cuatro veces lo que valía.
Cuando voy a comprar los guardabarros me encuentro que ya no quedan. Aún en la actualidad nadie los ha refabricado en plástico, sólo en fibra, que no valen para ir por el monte. Por el piloto posterior ahora me piden 150€ unidad!

Los amortiguadores de gas que lleva funcionan incluso mejor que los originales. Decido dejarla con la estética que tenía, aunque he conseguido el asiento y el depósito originales y no desisto del resto, aunque sin mucho aliciente.
Evidentemente la moto no tiene documentación. Pido informe a tráfico. Está a nombre de un señor de Viladecans, que ya no vive en esa dirección. Por suerte me entero que es carnicero del mercado, le conoce mucha gente y consigo su dirección. Voy a verlo y le encuentro de baja: Haciendo trial metió un pié en un agujero y la moto dió dos vueltas a su pierna
Me cuenta que vendió la moto hacía años, que entre él y yo había cambiado de manos dos veces más como poco y que no tenía ni idea de que aún estuviese a su nombre. Firmamos el contrato de venta y me voy a su ayuntamiento para pagar y pedir la exención del IVTM, cosa que me facilita una amable funcionaria, que es justo agradecerlo cuando encuentras gente competente. Por fin tengo los papeles para ponerla a mi nombre. Faltará pasar la ITV.
La odisea fué qué hacer con el escape: Hacía más ruído con él puesto que quitado. En Bellavista me pedían 360€ por uno de Enduro H, no el delgado de la mía. Al final decidimos abrirlo, convertirlo en doble pared y rellenarla de fibra. Ahora no anda lo mismo, pero el vecindario lo agradece.
La verdad es que el capricho me ha salído carísimo y no acaba de funcionar. Debería desmontarla entera y rehacer el motor, pero con los recortes que mi sueldo ha sufrido y que no tengo conocimientos ni medios para hacerlo yo, me encuentro bastante desanimado. Mi hijo insiste que la ponga a punto y así salimos con la Enduro y la Morini y quizá sea la manera de abandonar la desidia que tengo con esta moto.