Cuando me la enseñaron, con la carrocería rota por todas partes, y pidiendo ayuda a gritos, con esos solo once mil kilómetros, solo tardé un día en darme cuenta de lo mucho que me apetecía tener una moto no solo para usarla, sino para aprender, usar las manos y darle cariño y muchas horas. Y vaya si lo devuelve. Ya llevamos cuatro mil en medio año.
Y eso que mi otra moto es una genial y muy absurda Suzuki TL 1000 R con estupendo V2 a 90º que quizás gustaría al maetro Lambertini, con mucho carácter, pero pesa doscientos veinte kilos y alcanza una velocidad muy estúpida. No tiene el doble ni el triple, sino el cuádruple de la potencia, y siento que la mato de aburrimiento. Eso sí, tiene una característica superada por pocas: Nació en Japón a la italiana, para ganar el mundial de Superbikes, y no ganó nada y apenas compitió. Supera eso, Honda VTR

De vuelta a mi Dart, voy partiendo cuellos incluso más que con la Susi, allá por donde vamos. Hace tiempo en Cruz Verde la rodeaban no una, sino dos MV Agusta maqueadísimas y carísimas y la gente le hacía fotos a ella.
Ahora estamos de pausa invernal, el tiempo no acompaña, pero sigo bajando cada día al garage solo para verla y me sigue saliendo sonrisa.
Siempre encuentro alguna cosa que regalarle: Lo penúltimo, un escape baratito para que cante más y... Apenas lo hace, la petaca bajo el amortiguador que une ambos le quita todo el chiste. Creo que Sören lo dijo. Cuántos sabios tenemos entre los pocos que somos. Como Paul, que te lleva hasta los casquillos de biela en un par de vídeos. No se si es porque nuestro motor usa tecnología de locomotoras, o porque antes las motos se hacían pensando, y dando por hecho, que sus pilotos trabajarían en ellas. No son medios de transporte, son máquinas que entender.
Una vez el motor está caliente, parece capaz de hacer ida y vuelta hasta Casalecchio solo parando a repostar. Transmite una paz enorme. Bueno, quizás sea por comparación con la otra, que parece que te está diciendo contínuamente que puede matarte. Vale, es una moto de carreras, fracasada, quizás eso es lo que la enfada.
Hablando del motor... ¿Seguro seguro que tiene treinta y cinco caballos? Me pareció leer que, aún a finales de los setenta, le sacaron nada menos que cuarenta y dos, con otro árbol de levas, y un poco más de compresión. Pero es que eso es potencia de la quinientos, ciento veinte caballos por litro en un motor de aire con varillas :-O
Es que hace poco le alargué el desarrollo, porque me cuesta sentir un motor de hace cincuenta años tan alto de vueltas a velocidades legales. Eché mis cálculos, y pasé de la corona de 39 dientes, que creo comparte con la Freccia, por una de 36, hecha por MJ Corse. Y me pasé un pelo, habría bastado con 37. Que además es primo, no sabía esa historia de favorecer los números primos en las transmisiones, pero tiene todo el sentido.
La cosa es que, ahora, puedo ir a ciento veinte de marcador a solo 5500 vueltas. Pero es que... Si le abres, en llano, acelera. De hecho, sube cuestas a ciento veinte si quieres, que se me antojaba imposible. A veces bajo a quinta y simplemente me espero a punta de gas a llegar arriba tranquilamente, que esa es la historia.
Pero es que en llano, esperando un poco, las agujas se empiezan a tumbar a partir de seis mil (zona de par máximo) y es asombroso, parece como si quisiera alcanzar los mismos ciento sesenta que tengo como máximo mental en la Susi, también a seis mil... Solo que su motor sube a once mil, dicen.
Así es el Morini, más motor de lo que parece, con menos piezas que nadie. Tiene una voluntad enorme. Mi único problema es que se me soltó un par de veces el escape delantero y perdí la junta, o quizás se aflojó porque no la tenía. Tocará pedirla a MDina Italia, pero claro, con los portes desde Inglaterra a veinte pavos, meteré más piezas. Como un filtro de aire que ya nadie más tiene: El que tengo ahora es el de serie pero sin papel, va envuelto en estropajo. Pensé en añadir un juego de juntas y sellos, y animarme a hacer la obra mayor de cambiarlos. Pero volví a abrir el embrague, y apenas tenía unas gotas de aceite en los cuatro mil que le hice.
Es curioso, todas éstas cosas se me pasan por la cabeza cuando vamos juntos rodando, y llevaba tiempo queriendo contárselas a quienes las puedan entender.
Gracias por vuestro tiempo.
