- HISTORIA DE MI ENDURO 250 H6.
Esta moto la compré en el verano de 2003, la verdad es que su estado era lamentable como
se puede ver en las fotos ( y eso que antes de hacerle las fotos pasé por un túnel de
lavado
.) la verdad es que la moto me vino de rebote, puesto que un amigo de mi
hermano, que yo hacía dos semanas que le había comentado que a ver si conocía a alguien
que tuviera una Montesa Enduro para restaurar, pues me llamó y me dijo: Tío, te
he encontrado una Enduro 250 h6, ves a verla a lo mejor te interesa así que si esto
sucedía en miércoles yo el sábado ya fui junto con mi hermano y un amigo mío a ver la
misteriosa enduro, una vez en el pueblo donde se hallaba nos vimos con el dueño y nos
dirigimos al pajar donde tenía la moto, una vez allí abrió la puerta del corral y al
fondo estaba el pajar medio derruido y por la puerta se asomaba la rueda delantera de la
enduro, dios mío que emoción, estaba a punto de verla, después de pasar por los
hierbajos del patio y las mierdas del perro entramos en el pajar y
.
Jolinnnn la moto estaba que daba pena, llena de óxido, de mierda de perros y de orines,
después de estar 10 años debajo de ese pajar que cada vez que llovía, caía agua encima
de ella, el asiento se lo había comido uno de sus perros en un ataque rábico del mismo.
Así que una vez delante de ella empezamos a hablar sobre la moto, el dueño me contaba su
batallitas con la moto al mismo tiempo que me contó que la última batalla la realizó su
hermano después de pegarse un trompazo que de por poco se queda cojo para toda la vida,
así que fue discurriendo el tema y fuimos observando la moto, un vez vista y bien vista,
pude comprobar que la horquilla delantera estaba completamente agarrada y comprimida un
palmo, es decir como si estuviera soldada, los amortiguadores traseros estaban reventados
y uno era distinto del otro, del sillín sólo quedaba la chapa, las ruedas estaban
agarradas porque los cojinetes estaban podridos, guardabarros rotos, cubiertas
destrozadas, depósito con el orificio del tornillo roto, basculante con los enganches de
los amortiguadores resoldados para hacerla más alta y una infinidad de pequeños detalles
que no cuento porque me extendería demasiado, Pues bien lo que me hizo decidir que me la
quedaría fue que a pasar de todo estaba bastante completa, escape y demás piececillas,
aunque lo más feo era lo del asiento y que le faltaba la tapa lateral derecha, a parte de
faro, guardabarros, estaba de baja, etc. Bueno pues llegamos al tema precio, después de
muchos tira aquí tiro allá, me la dejó por muy buen precio, precio por el cual me
permitía una vez que estuviera en casa con ella el plantearme seriamente si seguía
dispuesto a emplear mi tiempo libre y perras en restaurarla o no, así que
como pudimos la sacamos a rastras del pajar, la cargamos en el carro y me la llevé.
Una vez en mi finca la bajamos del carro y lo primero que intentamos fue arrancarla puesto
que el motor giraba pero el carburador parecía agarrado y lleno de moho de aluminio (cosa
que al final, cuando lo miré días más tarde detenidamente, salió en muy buen estado,
¡¡que suerte!! Sólo tuve que cambiar la junta porque hacía que no asentara bien la
boya y me perdía gasolina) así que le echamos un pelín de gasolina por el orificio de
la bujía y Diossssss a la 1ª patada bramó por 1ª vez después de 10 años aunque sólo
por unos 2 segundos, así que a partir de aquí decidí restaurarla, no sin tener que
superar difíciles pruebas, como separar las horquillas , para separar la barra de las
botellas empleé una madera y un mallo cogidas en el tornillo de banco, posteriormente
tuve que enderezar barras y tijas en el tornero, el depósito tuve que reparar el trozo
roto de soporte del orificio del tornillo ( hice una obra de arte, je je) al motor le tuve
que cambiar el embrague aceite y retenes del cigüeñal y, reparar un trocito de la tapa
del encendido que tenía un golpe de alguna rotura de cadena.
Lo demás fue lo típico, calzarla con unas nuevas cubiertas, cambiar manillar, manetas,
buscar una óptica a poder ser original, que al cabo de bastante tiempo la encontré,
guardabarros nuevos, también adecenté las llantas, reconstrucción y tapizado del
asiento, nueva instalación del cableado eléctrico, buscar la tapa lateral derecha, y
vamos como no pintar chasis, depósito y demás elementos que le hacían falta.
Bueno pues espero que os haya gustado mi restauración de la cual estoy muy satisfecho y
orgulloso y no menos después de haberla podido rehabilitar en tráfico, así que no me
queda más que agradecer todo el apoyo que he recibido para poder restaurarla, en primer
lugar a mi familia, así como también a mis amigos, y a todos los profesionales que me
han podido servir el material necesario siempre con un carácter genial: Juan José
Padilla, Rectificados Bellavista, Vitale Máquinas y en general a todos los que he
contactado alguna vez y en especial a Ramón de Lamaneta.com por seguir manteniendo esta
fantástica web y hacer posible así el disfrute personal de cada uno de nosotros en la
red.
Para acabar animo a todo aquel que tenga pasión por estas inolvidables motos a
restaurarlas y darles de nuevo vida, merece la pena al final ver el fruto de una
restauración y como me pasa a mi, sacarla el fin de semana y sentir la sensación única
de montar en una moto clásica, en este caso una Montesa Enduro 250H6, desde aquí un
fuerte abrazo a todos los Meneteros de parte de este joven leridano de 22 años y que
llevo en esto ya desde los 15.
¡¡VIVAN LAS MOTOS CLÁSICAS; VIVA MONTESA!!
Endurito
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